viernes, 8 de julio de 2016

Harvard University… y la coca

Bisturí
Franklin E. Alcaraz Del C.
Harvard University… y la coca
Viernes,  8 de Julio, 2016
Mi compadre Choque estuvo de viaje, así que no escribí por un tiempo. Ahora que está de vuelta, viene a decirme que escriba una nota sobre el tema de este título. “es que...”, dice, “Todos hablan de Harvard como si esta famosa universidad del país más imperialista del mundo apoyara el uso de esta droga, perdón, planta, para diversos fines, ¡entre ellos como alimento! Como estuve de viaje, te traje una copia de esta publicación. Aquí está. Ahora escribe” Y, bueno, escribo.
Tengo en mis manos un folleto. Una publicación periódica de la Universidad de Harvard. Esta publicación periódica se llama “Botanical Museum Leaflets – Harvard University” que traducido a nuestro idioma materno significa “Folletos del Museo Botánico – Universidad de Harvard”. Entre esos folletos, el que tengo en mis manos es el volumen XXIV (Volumen 24). En la parte inferior de la tapa, dice: “Botanical Museum, Cambridge, Massachusetts, 1974-1976). Es decir que este folleto es (o era) una publicación bianual.
En este volumen, número 24, tres autores presentaron un artículo para su publicación. Estos autores fueron el señor James A. Duke, David Aulik y Timothy Plowman y su artículo, producto de una investigación llevada a cabo por ellos, se llama “Nutritional value of coca” (Valor nutricional de la coca). Hasta aquí, podemos decir que el estudio no fue llevado a cabo por la Universidad de Harvard, sino por esos tres señores que enviaron su artículo para ser publicado en ese folleto periódico de la universidad. En otras palabras, la Universidad de Harvard publicó el artículo, pero no llevó a cabo la investigación.
Evidentemente el artículo menciona una serie de sustancias que, aisladas, pueden ser consideradas “alimento”. Entre ellas hay, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales. Unas u otras en mayor o menor cantidad. Lo que el artículo no menciona, es que todas esas sustancias “alimenticias” se pueden encontrar también en otros productos vegetales o animales. En realidad, en cualquier ser vivo multicelular. Pero bueno. Si continuamos leyendo el artículo, nos encontramos con este párrafo de la página 116: “To our knowledge, no studies have been made on the nutritional value of the swallowed extract” que traducido dice: “Hasta donde sabemos, ningún estudio ha sido hecho sobre el valor nutricional del extracto deglutido”. Es decir, como el acullicador no ingiere la coca, nadie sabe cuánto nutriente aprovecha el mismo de la hoja de coca que después la escupe. Pero esto es lo más interesante. El segundo párrafo de la página 117 dice: “Coca leaves may, however, contain 0,25 to 2,25% toxic alkaloids, including benzoylecgonine, benzoiltropine, cinnamylcocaine, cocaine, cuscohygrine, dihydroxytropane, hygrine, hygroline, methylcocaine, methylecgonidine, nicotine, tropacocaine, y α – yβ – truxilline” Y continúa: “These alone could make the nutritious coca leaf undesirable as a source of nutrients”. Traduciendo: “Las hojas de coca, sin embargo, contienen 0,25 to 2,25% de alcaloides tóxicos, incluyendo benzoylecgonina, benzoiltropina, cinnamylcocaina, cocaína, cuscohygrina, dihydroxytropano, hygrina, hygrolina, methylcocaína, methylecgonidina, nicotina, tropacocaína, y α – y β – truxillina”. Y continúa: “Solo esto puede hacer de la hoja de coca una fuente indeseable de nutrientes”. Y al final, agrega que “ Aunque las hojas de coca contienen relativamente altos niveles de ciertos nutrientes, la presencia de alcaloides y la posible presencia de residuos de insecticidas sugieren tener cuidado con el acullico.
¿Qué pasó? ¿Es que se lee solo lo que conviene? No hay estudio, ni “de Harvard”, ni de nadie, que recomiende consumir hoja de coca. Mi compadre dice: “Y si hay, ¡que me lo muestren!”
[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico, escritor e investigador

domingo, 13 de marzo de 2016

USA vs MAS - Informe sobre coca/cocaína

Bisturí ®©                        USA vs MAS - Informe sobre coca/cocaína
                                                                                 Franklin E. Alcaraz Del C.[1]

Un tema que ya es viejo, aunque de facetas muy cambiantes, que hoy tiene dos versiones, es el tema coca/cocaína. Por un lado el gobierno apoyado en el informe de la UNODC elaborado con fuentes y cifras oficiales (“Monitoreo de los cultivos de coca”) y por otro los EUA con su “Control Strategy Report” (CSR). A decir verdad, este último, en su versión del presente año, contiene muchos datos del estudio realizado por UNODC. Sin embargo, si hay algo que llama la atención, es que el informe estadounidense insiste en la actual existencia de 35.000 hectáreas de coca en Bolivia. UNODC, por otra parte menciona la existencia de 20.400 hectáreas para el año 2014, fecha del último monitoreo. Ambos informes coinciden en señalar a Bolivia como el tercer productor mundial de cocaína y que el país multipluri se convirtió también en país de tránsito de droga peruana.

¿A quién creer? Eso lo decide el lector, pero hay algunos datos, no mencionados en ninguno de los dos informes que pueden servir para inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Veamos: Ambos informes omiten 2 temas fundamentales para el cálculo del potencial de fabricación de cocaína: 1.- La productividad por hectárea de coca de los suelos yungueños y chapareños y 2.- El factor de conversión de coca a cocaína.

El estudio sobre hoja de coca llevado a cabo por el gobierno del 2010 al 2013, menciona una productividad de 1,4 toneladas métricas por hectárea/año, sin especificar si esta correspondía al Chapare o a los Yungas. Tampoco explica con detalle la metodología seguida para semejante cálculo, lo que le quitó credibilidad, en su momento. Por otra parte, con el uso de fertilizantes y riego, el rendimiento por hectárea probablemente haya mejorado sustantivamente, por lo que se hace necesario nuevos estudios que clarifiquen el panorama actual en cuanto a rendimiento por hectárea cultivada de coca.  El segundo punto, fue objeto de estudio de la DEA a través de la “Operación Breakthrough” que encontró un rendimiento de solo el 45% en el proceso de extracción de la cocaína de las hojas de coca. Actualmente, con el método colombiano, este proceso mejoró y actualmente se especula que alcanzó entre el 60 y 70% de eficiencia, pero no hay un estudio científico que respalde este supuesto. Y hay que convenir en la respuesta a una pregunta: ¿Dónde va la coca excedentaria? Responda el lector. El llamado “consumo tradicional” de la hoja de coca en Bolivia, tiende a disminuir, no a aumentar. Los hijos de los acullicadores, ya no acullican. Eso muestran los datos fríos. De acuerdo a los estudios realizados por las NNUU en 1950, el 33% de la población boliviana, acullicaba hoja de coca. Carter, Mamani y Parkerson, indicaron que el 18,67% de la población boliviana acullicaba coca para 1980. El CELIN, en su estudio llevado a cabo el año 2000, indicaba que el 14% de la población tenía todavía tal costumbre y finalmente, el estudio del gobierno, realizado entre 2010 y el 2013 por el INE, indicaba que solo el 11,2% de la población del país multipluri acullicaba coca. Este es un tema que tampoco se incluye en ambos informes.

Pero, ¿qué está pasando entonces? El gobierno ha anunciado en repetidas oportunidades su intención de estabilizar los cultivos de hoja de coca en las 20.000 hectáreas. Si le creemos a UNODC, estamos a solo 400 hectáreas de llegar a tal meta, sin embargo el gobierno ha anunciado un plan de erradicación de 6.000 hectáreas para la presente gestión (2016). No hablamos de que se erradicó más de 10.000 hectáreas cada año durante las últimas gestiones y en la práctica solo se notan entre 2000 y 3000, para hablar de cifras redondas. ¿Hay resiembra de coca? Todo parece indicar que priman las decisiones políticas sobre lo práctico y racional. Los cocaleros del Chapare han solicitado públicamente 7.000 hectáreas, lo que deja 13.000 para ser distribuidas entre los Yungas y Apolo del departamento de La Paz, zona que puede ser considerada “tradicional” en cuanto a cultivos de coca se refiere. Pero aquí hay un dato interesante: Hasta el año 2008, habían 67.500 “productores de hoja de coca” autorizados en Bolivia. En otras palabras, 67.500 cocaleros, de los que 40.000 eran del Chapare cochabambino (Chapare, Tiraque, Carrasco, Yungas de Vandiola – datos de GECC) y 27.500 eran cocaleros de los Yungas y norte de La Paz.

Para el año 2015, habían 27.896 cocaleros en los Yungas paceños, 7.191 en el norte de La Paz (Prov. Franz Tamayo, Murillo, Muñecas y Caranavi) y 46.240 cocaleros en el Chapare (Federaciones: Trópico, Yungas Chapare, Centrales unidas, Carrasco, Mamoré, Bulo Bulo, Chimoré, Vadiola). Sumemos: a Junio del 2015, había 81.327 “productores de hoja de coca” autorizados en el país multipluri. Para poder apreciarlo mejor: año 2008: 67.500. Año 2015: 81.327 cocaleros. Una subida sustancial.

No tenemos datos previos, pero es probable que en años anteriores al 2008, el número de cocaleros haya sido menor. Algo que llama la atención es que habiendo una superficie menor de cultivos de coca en el Chapare, hayan más cocaleros autorizados que en los Yungas de La Paz. Efectivamente, en los Yungas paceños, hay, al 2015, 27.896 cocaleros y en el Chapare, 46.240. ¿Qué tal? (Datos de GECC y del Viceministerio de coca y desarrollo integral).

Tarea para el lector: Calcule cuántos catos de coca deberían haber en el país y luego calcule qué superficie de hoja de coca está actualmente autorizada, sabiendo que seis catos (40x40 mts) hacen una hectárea. Y aquí también hay un problema para quienes autorizan los cultivos de hoja de coca: Los chapareños dicen que el cato, en esa región del país, debía medir 50x50 mts; pero si fuera así, se necesitarían menos cocaleros. ¿No es cierto?

Segunda tarea para el lector: Sabiendo que cada cocalero puede sembrar solo un cato de coca ¿Cuántos cocaleros se necesitan para cultivar 7.000 hectáreas en el Chapare? Estos datos, suficientes para generar por lo menos una discusión, no están en ninguno de los dos informes. También generan preguntas: ¿Por qué hay más cocaleros en el Chapare que en los Yungas? (La misma UNODC menciona que alrededor del 95% de la coca de esa región va al narcotráfico).

Sobre el lavado de dinero, el informe estadounidense menciona que desde mayo del 2014 ya no existe información disponible al público probablemente porque la Unidad de Investigación Financiera (Financial Investigative Unit) dependiente de la Autoridad Supervisora del Sistema Financiero (Financial System Supervision Authority), pasó a depender del Ministerio de Economía y Finanzas. El informe estadounidense menciona también que, en marzo de 2015, el General Hugo Nina Fernandez, ex-Director de las fuerzas contra el narcotráfico y ex-comandante de la policía, fue arrestado bajo cargos de lavado de dinero.

En síntesis, lo que se puede apreciar es lo que contienen los informes de la UNODC y el informe estadounidense, que tienen mucho en común , excepto la percepción sobre los estudios realizados por cada uno de ellos, en lo que se refiere a los cultivos de hoja de coca en Bolivia. Hay que convenir que la tecnología estadounidense se encuentra muy por delante de otros países del globo.
  
Es una pena que ya no contemos con otras fuentes de información para llevar a cabo comparaciones, pero hay algunos hechos que no se pueden soslayar, como los indicados anteriormente en lo que se refiere al número de cocaleros, especialmente en el Chapare, que cada vez son más y nada indica que vayan a disminuir en número, como disminuye el porcentaje de “consumidores tradicionales” de hoja de coca en el país.        









[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador

jueves, 25 de febrero de 2016

El peor enemigo del MAS

Bisturí ®©                     El peor enemigo del MAS
                                                                        Franklin E. Alcaraz Del C.[1]

Mi compadre Choque dice que el peor enemigo del MAS es el MAS mismo. Eso es lo que notó en el referendo del 21f. “Es que”. dice, “están tan acostumbrados a salir con su gusto (a la buena o a la mala), que subestimaron una serie de factores a los que ni siquiera tomaron en cuenta. Para empezar, no hubo un enemigo visible, así que su base pseudoideológica de buscar enemigos para enfrentarlos, se vio sin contenido”. Y es cierto, no había un enemigo visible, o si lo había, este era el pueblo boliviano. Si, el peor enemigo del MAS, esta vez, fue el pueblo boliviano. Otro factor que no tomaron en cuenta es que los líos de faldas, tienen siempre mucho jugo para los chismes…y ¡traten de detener un chisme! La cereza de la torta fue hacerle llorar a “la Sole”. “Mucha cosa la Sole” repite mi compadre. “No se metan con la Sole”, recomienda ¿Las redes sociales? ¡Ah! si. El MAS las ve como una de las causas de su derrota. Algo tuvieron que ver, pero no creo que haya sido fundamental su participación. Si hubo “guerra sucia en las redes” como dicen los masistas, en otras elecciones también hubo…y tal vez en mayor magnitud. No. Los errores políticos no se proyectan en las redes, por lo menos no en la magnitud en que el MAS lo sintió. En realidad la culpa la debe tener quien propuso el referendo.

No ven que la soberbia de los madamases, especialmente de aquellos que leyeron un millón de libros, solo puede terminar minando las “humildes bases” del MAS. Las mentiras descubiertas al fin, los falsos profetas, la corrupción aparentemente impune e indemne, la agresividad… “Dios mío”, dice mi compadre a pesar de que no es muy creyente, “hasta la cara se les descompone cuando hablan… se vuelven malos”… y “ese airecito de suficiencia que tiene el bachiller ya-saben-quien, es insoportable”, añade.

¿Hablaron de eso los perdidosos? ¿Será? Porque también una cosa es pregonar humildad (que sean humildes los demás, no yo) y otra muy diferente ser humilde. Y ojo: ser humilde no es ser pobre. Hay ricos que son muy humildes; y convengo en que siendo gobernante, especialmente mucho tiempo, debe ser muy difícil ser humilde. Un gobernante humilde, no se hace amarrar los zapatos, aunque el amarrador lo haga “de buena voluntad”. Pero bueno,    
Hay muchas otras cosas MAS de qué hablar. Por ejemplo, de inclusión. La clase media y media alta, no se sienten incluidas en el proceso “de cambio”. Ve MAS bien que es un proceso de cambio hacia abajo y no hacia arriba. Y este factor va en aumento. Toda la gente que entra a la nueva clase, empieza a sentirse excluida. Ojo con eso. Otro punto es que el lenguaje demagógico parece haber perdido su encanto, tal vez por las continuas mentiras y la poca transparencia del proceso. Tratar al pueblo como retardado mental tampoco es bueno (que el sol, la luna…). Un censo a medida, un estudio de coca a medida, una economía a medida, auditorías a medida, justicia a medida,…todo a medida, no pueden tener éxito en el largo plazo. Eso no es gobernar.

¿Y la oposición? He escuchado a los viejos líderes. Su ceguera les impide ver que sin ellos, la cosa va mejor. Les falta advertir que sin ellos el pueblo ganó. Les cuesta admitir que deben hacerse a un lado. El señor NO ganó. Ganó porque pudo lograr lo que nadie en la oposición ni en el gobierno: unir al pueblo boliviano. ¿Y quién es el señor NO? Un señor sin cara, sin nombre…o tal vez con millones de caras y millones de nombres. La pregunta es, para dentro de cuatro años, ¿quién será el señor NO?








[1] Franklin E. Alcaraz Del C. es médico e investigador

domingo, 29 de noviembre de 2015

'La justicia da náuseas'

Bisturí
'La justicia da náuseas'
Viernes,  27  de Noviembre, 2015
Por una vez, debíamos estar de acuerdo con un masista”, esa es frase del Procurador Arce, dice mi compadre Choque. Y es que el país, desde su nacimiento, no tuvo una “justicia” que pueda ser tal. ¿Ahora parece peor? Si. Para empezar, la forma de elegir a los Jueces “supremos”es, para utilizar una palabra decente, por lo menos cuestionable. Que se priorice la trayectoria sindical sobre la académica es otro punto en contra. Se acabó con la meritocracia... y eso no es bueno.
Hace un tiempo una sobrina mía  se graduó de abogada. Me invitaron a hablar en la celebración familiar. Ahí repetí la frase que aprenden -o deberían aprender- los estudiantes de Derecho: “Nada puede estar por encima de la Ley” y expliqué que esa frase incluía al Presidente del país. De cualquier país, democrático por supuesto.
Después, cuando nos servían los entremeses y el vino, mi compadre Choque, que también estuvo invitado, me preguntó si esta frase era “modificable” “¿cómo?”, le dije. “Es que cuando la ley es un obstáculo para un gobernante, ¿esta se puede modificar”? Lo dijo en tono de pregunta, pero, sin esperar respuesta, el mismo se contestó: “es lo que está ocurriendo en nuestro país. No se debería re-elegir al presidente más de una vez, pero aquí se cometen dos ultra-arbitrariedades. Por un lado se interpreta la ley a gusto y sabor del que detenta el poder y por otro, cuando no se la puede interpretar, se la cambia. ¡¿o no?¡ ¿Eso es lícito? Y además una ley que fue redactada por ellos mismos, a su medida. La ley, modificable, ya no es ley”, concluyó.
Lo cierto es que no es solo la meritocracia o lo académico lo que le da validez a la ley. Ambas ayudan, en gran medida, cierto, pero se necesita más que eso. ¿Qué está mal, entonces? Claramente lo que está mal es el sistema. Las recomendaciones a un abogado recién egresado -y estuve tentado a decirle esto a mi sobrina- deberían ser “Sé un buen abogado. Vas a entrar en un sistema corrupto en todos sus niveles y, como casi todo en la vida, lo fácil es hacer lo que hacen los demás, en este caso, ser corrupto. Lo difícil, es ser diferente y otra vez en este caso, ser un abogado probo, correcto, honesto y competente”.
Modificar el sistema. No es un tema fácil. Sería más bien, un proceso, que puede tomar tiempo y la participación de todos los sectores y actores sociales. Habrá que despojarse todo tipo de interés, especialmente el político y hacer que la justicia sea realmente un poder independiente, justo y capaz. El impacto en la vida y progreso del país sería inconmensurable. Y el que lo haga, pasará indudablemente a la historia como un buen gobernante.

domingo, 26 de abril de 2015

La política antidrogas

Bisturí ®©

La política antidrogas

•  Franklin E. Alcaraz Del C.


Hasta la promulgación de la Ley 1008, aún vigente, no hubo política antidrogas en Bolivia. Esta draconiana ley estuvo en plena vigencia hasta el 2004. Se comenzó a vulnerarla en el gobierno de Carlos Mesa. Y ahora la Ley 1008 se aplica parcialmente.

La actual política antidrogas, si puede llamarse así, propone la "revalorización de la hoja de coca", el combate al narcotráfico y la "erradicación concertada". En otras palabras: control "concertado" del cultivo de la hoja de coca (erradicación) y el combate susodicho. La aparente incongruencia de esta "política" da por sentado, sin ningún estudio ni base científica, que la hoja de coca "en su estado natural, no es droga". Deliberadamente o no, no se menciona que uno de los principales alcaloides que constituyen parte de la "hoja sagrada", es la cocaína y que extraída de la hoja de coca, se convierte en mercancía ilícita y una las drogas más consumidas del mundo.

Esta "política antidrogas" en pocas palabras, pretende producir hoja de coca solo para uso legal y erradicar por completo la producción, tránsito, tráfico y consumo de drogas en el país. Por otra parte, la "erradicación concertada" ha dado, por decir lo menos, una reducción de las cifras oficiales de cultivos de este arbusto, mucho menores a las cifras anunciadas anualmente que, desde hace cuatro o cinco años, pasan de las 10.000 hectáreas.

En términos reales, tendrían que haberse erradicado entre 30.000 a 40.000 hectáreas (o más), pero siguen existiendo 23.000 hectáreas oficialmente reconocidas como existentes en el país multipuri. ¿Es la erradicación "concertada" efectiva?

Un aspecto notorio es que últimamente (del 2006 a la fecha) se ha hecho difícil contar con cifras que no sean las oficiales sobre el tema de producción de hoja de coca y todo lo que ello implica, (La unodc publica anualmente su "Monitoreo de la hoja de coca" con cifras proporcionadas por el gobierno).

En el país multipluri, según el del periodista y director David Beriain ("Amazonas, el camino de la cocaína" del prestigioso canal Discovery Max) fuera de la producida localmente, se refina también cocaína peruana para luego "exportarla" principalmente al Brasil. También se "exporta" a otros países fronterizos y de allí a ultramar.

La pregunta es si la actual política antidrogas fuera tan exitosa, como dicen los portavoces oficiales, por qué siguen viniendo "emisarios", se siguen descubriendo fábricas de cocaína, sigue llegando y refinándose droga peruana, etc. Según la Felcn, hasta marzo del presente año, se incautaron 8,4 TM de cocaína (¡en tres meses!).

Y ese es otro aspecto notorio: la presencia de extranjeros en el negocio ilícito. "Emisarios" se los llama oficialmente. Y hay "emisarios" presos provenientes del Perú, Brasil, México y otros países. Lo que no sabemos con precisión, es el rol que estos "emisarios" desempeñan.

Se los menciona, pero no se dice a qué ni para qué vienen. Tampoco se menciona a nombre de quién vienen ni con quién "charlan". "Son emisarios nomás". Aparentemente, como se niega la presencia de cárteles de drogas en el país, vienen por su cuenta…

Según la prensa nacional, hay pueblos que se dedican al negocio ilícito. Las muertes por "ajuste de cuentas", según la Policía nacional, es casi cotidiana. Un estudio pasado (2003) nos advertía que el 45% de los delitos cometidos en Santa Cruz eran efecto del uso de drogas. ¿Cómo será ahora? La actual ¿será una política contra las drogas exitosa?" ¿Hay realmente una política contra las drogas en el país?
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